La marca Producto Cooperativo nace con la pretensión de que el consumidor visualice
y reconozca los productos de las cooperativas, a través de los valores y principios diferenciales
que defiende el cooperativismo y su contribución a la triple sostenibilidad, social, económica
y medioambiental.
Es una marca que, además, enaltece y pone en valor el sabor auténtico y natural de los productos
cooperativos, identificándolos ante la sociedad a través de diferentes acciones: packaging
de producto, comunicación directa a las personas consumidoras en Internet, presencia en
los puntos de venta…
Para poder hacer uso de la marca Producto Cooperativo, las cooperativas deben acreditar
el cumplimiento de unos determinados parámetros de gestión obligatorios y de al menos
dos de los nueve parámetros de gestión adicionales.