David Carot es joven agricultor, presidente de la Cooperativa de Viver y miembro de la Comisión de Jóvenes de Cooperatives Agro-alimentàries de la Comunitat Valenciana
David Carot tiene 40 años. Desde hace 15 años se dedica de forma profesional a la agricultura en la zona del Alto Palancia. Desde 2018, es presidente de la Cooperativa Oleícola Serrana del Palancia (Cooperativa de Viver). Es uno de los miembros de la Comisión de Jóvenes constituida por Cooperatives Agro-alimentàries de la Comunitat Valenciana.
P: ¿Cuándo te incorporaste al sector y de qué forma lo hiciste?
R: Mi hermano y yo nos hicimos jóvenes agricultores en el 2006, con las tierras que teníamos de la familia. En nuestro caso, después de seis años, por temas fiscales y de contratación laboral, creamos una SAT. Todos los productos que genera la SAT vienen a la Cooperativa de Viver, que se encarga de comercializarlos.
P: ¿Cómo ves el el futuro de la agricultura en la zona en la que desarrollas tu actividad?
R: Lo que conozco en esta comarca es que hay jóvenes agricultores, pero ahora somos menos que antes, porque somos los mismos que empezamos y ahora estamos en los 40 años, y que es difícil encontrar a uno de 20. También creo que la gente madura más tarde ahora que antes y el paso lo va a dar más tarde, o al menos eso espero.
“La Administración no nos tiene que dar una bolsa con dinero para contentarnos, si no que en la cadena hay que darle valor al producto y que al final el beneficio del agricultor sea superior a la renta que está consiguiendo hoy en día”
P: ¿Qué le dirías a una persona que tenga interés en comenzar a dedicarse a la actividad agraria?
R: El que muestre interés en ser joven agricultor, que lo haga. Si le gusta y no le va a doler el trabajo, que lo haga. Que no espere una gran rentabilidad a corto plazo, pero se puede hacer, aun con sus handicaps y sus problemas. Está claro que es muy complicado hacerte joven agricultor de la nada, por que la adquisición de tierras, al precio al que están y al que se vende el producto, hace que los valores no cuadren, si no tienes la posibilidad de arrendar alguna tierra o coger tierras de familiares que te las puedan prestar. Pero una vez tienes la tierra para trabajar, yo creo que no hay que desanimar a nadie: con ilusión y con ganas, se puede sacar adelante. Sobre todo, es muy importante no querer caminar solo: hacer un proyecto cooperativo, estar integrado en una cooperativa que te pueda defender. Con eso y con ganas de trabajar, se pueden hacer cosas.
P: ¿Qué opinas del apoyo actual de la Administración a los y las jóvenes que quieren dedicarse profesionalmente al sector agrario?
R: Creo que la Administración nos debería apoyar mucho más, sobre todo cuando alguien quiere dar el paso de hacerse agricultor. Luego, y es mi forma de pensar, hay que ayudar a quien lo necesita por algún motivo, no solo dar ayudas o subvenciones sin más, por que eso al final no llega a ningún lado. En el momento en que hayas acabado de ser joven agricultor, después de 10 años por ejemplo, y en el undécimo año haces lo que quieres, te has llevado las subvenciones y has dejado de estar en sector. Eso no nos conduce a ningún lado. Hay que anclar a las personas en el territorio y que sea un trabajo para toda la vida, como es para la mayoría a los que nos gusta esto. Para eso, la Administración tiene que trabajar más en cuestiones de venta y en el equilibrio de la cadena que en ayudas directas.
P: En cualquier caso, los problemas de incorporación de jóvenes agricultores y agricultoras se agravan con los problemas estructurales del sector…
R: Hoy en día, sabemos que la vida es cara, y que todo el mundo quiere tener el día 1 su nómina en el banco. La agricultura no te permite eso muchas veces, porque te puede venir un desastre climatológico como un pedrisco o una helada y ese año no tener los beneficios que uno esperaba. Por eso decía que la Administración no nos tiene que dar una bolsa con dinero para contentarnos, si no que en la cadena hay que darle valor al producto y que al final el beneficio del agricultor sea superior a la renta que está consiguiendo hoy en día.
P: Hablabas de la importancia de los proyectos cooperativos para favorecer la incorporación de jóvenes. ¿Las Iniciativas de Gestión en Común (IGC) pueden ser un camino para ello?
R: La IGC tiene que ser un instrumento que permita a la cooperativa acaparar ciertas hectáreas, modernizarlas, y cuando pueda venir un joven agricultor que no tenga bastante tierra para vivir de ello, se les puede dejar trabajar esas tierras que ya están en producción, con modelos que hemos estudiado, en los que se reparte un porcentaje para el agricultor y un pequeño porcentaje para la cooperativa, y siempre que los productos acaben en la cooperativa, como tiene que ser. Tiene que ser una simbiosis entre cooperativa y agricultor, pero en la que el que mejor parado salga sea el agricultor o agricultora, porque tiene la posibilidad de tener esas tierras y la cooperativa las puede ceder, con cultivos modernizados, adaptados para recolección mecanizada y demás.
P: Con ese modelo, la tierra no deja estar cultivada y la cooperativa garantiza su capacidad productiva y el relevo generacional
R: Exactamente. Para empezar, la tierra no se va a abandonar o semiabandonar, que en ocasiones no está totalmente abandonada, pero casi. Vamos a dar la oportunidad a un joven agricultor a instalarse en este sector y la cooperativa se garantiza que va a tener producción para un largo periodo de tiempo.
P: Desde la identificación de la necesidad del relevo generacional como un problema clave del sector, Federació trabaja en aportar propuestas y soluciones. Recientemente ha constituido de manera formal una Comisión de jóvenes. ¿Qué te parece la iniciativa?
R: La Comisión de Jóvenes que ha creado Cooperatives Agro-alimentàries va a ser importante, por que al fin y al cabo vamos a poner en el punto de mira los problemas de relevo en el campo y a partir de ahí, buscar soluciones, e instar a las Administraciones a que las busquen, para que entre todos las consigamos poner en marcha. Es importante que sepan los problemas que tenemos, las verdaderas razones por las que no hay un relevo generacional.